Foto: @Chukarthur

Arturo Cravioto

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Durante un recorrido con la prensa local a la zona del Popocatépetl, en Paso de Cortés, académicos del Centro Universitario de Prevención del Desastre Regional (Cupreder), alertaron sobre el riesgo de lahar que puede afectar a las comunidades cercanas al Popocatépetl, como Santiago Xalitzintla y San Nicolás de los Ranchos.

Uno de los especialistas, Vicente Nolasco, explicó que lahar es un flujo de sedimento y agua que se moviliza desde las laderas de volcanes, y durante las últimas décadas esta especie de avalanchas de lodo, piedras y material volcánico han generado mayor destrucción que las propias erupciones y han sido causantes de la pérdidas de miles de vidas humanas.

Recordó que en el caso de la parte de Puebla que colinda con el Popocatépetl, “en junio de 1997 se registró el primer lahar que llegó hasta la comunidad de Santiago Xalitzintla y el 22 de enero de 2001 se registró un segundo evento, en la misma zona, donde el calor que generó el volcán fundió el glaciar y el aporte de agua fue fundamental para que se formara, porque es el agua la que lleva todo el material volcánico y la tierra para convertirse en un río de lodo”.

Agregó que un lahar al irse secando, se transforma en un concreto muy espeso y fuerte, ya que contiene todos los elementos para este material que son agua, grava, arena, ceniza y tierra.

Detalló que en el subsuelo del área de Paso de Cortés hay registros en varias capas de la actividad volcánica del coloso, donde se puede apreciar, además de las grandes erupciones de hace 2 mil 200 y mil 100 años, lahares de gran magnitud, por lo que las autoridades federales y estatales, además de las comunidades cercanas, deben tenerlo en cuenta en los planes de contingencia.

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Cabe destacar que uno de los puntos del recorrido con los medios de comunicación poblanos fue una barranca, a la que de manera coloquial llaman «El aula magma», en la que se hizo un corte de aproximadamente 5 metros de altura y se pueden apreciar las capas del suelo, franjas de tierra de distintos colores en las que varias de ellas, con un ancho superior a medio metro, han sido identificadas por los geólogos como lahares muy antiguos que datan de varios siglos.

Por otra parte, en cuanto a la actividad volcánica de las últimas semanas, el académico Carlos Tovar aclaró que ésta no ha disminuido, como lo han reportado algunos noticieros locales y que, por el contrario, se ha mantenido y hasta ha registrado algunos picos, por lo que recomendó a la población estar atenta de manera directa de los reportes del Centro Nacional de Prevención del Desastre (Cenapred).

Sin embargo, el director del Cupreder, Aurelio Fernández, explicó que la actividad registrada por el Popocatépetl en los últimos años es ínfima en comparación con el potencial que tiene el coloso, el cual, indicó, se ubica como uno de los más explosivos de América y, a manera de comparación con las erupciones de hace más de mil y 2 mil años, las expulsiones de los últimos 20 años ni siquiera dejarán un registro en las capas del subsuelo si se hiciera un corte de éste, dentro de cien años.