• Las cifras en lo que respecta a la incidencia delictiva pintan a una ciudad que está lejos de ser segura

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Mely Arellano | Ernesto Aroche

@melyarel | @earoche

El gobernador Rafael Moreno Valle y el alcalde Eduardo Rivera Pérez recibieron este martes la Certificación del municipio de Puebla como Comunidad Segura y anunciaron la puesta en operación del Proyecto Centinela que comprende la operación de 120 cámaras de video vigilancia, aunque por desgracia eso no significa que la ciudad sea un espacio seguro.

Y eso lo sabe bien Mónica, pues mientras en el Centro de Convenciones se llevaba a cabo el acto protocolario a ella le robaban la batería de su auto por tercera ocasión en la 25 poniente y la 16 de septiembre, una calle muy transitada. Y también lo sabe Ozair, a quien unas horas antes le robaron las dos llantas delanteras de su coche, por sexta vez en cuatro años. Y también lo sabe Mariana, quien hace una semana tuvo que cerrar su cafetería en El Carmen, a una calle del sector de la Policía Municipal de la 2 sur y la 21 poniente, luego de ser asaltada dos veces en un mes. Y lo sabe Mayra, a quien hace un par de meses le dieron un cristalazo afuera de su casa en Mayorazgo.

Lo sabe también la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica A.C., el único Centro Afiliado de Comunidades Seguras en México, la que otorgó la certificación de Comunidad Segura a Puebla y que está presidida por Marcos Fastlich –por cierto suegro de Emilio Azcárraga Jean-, y a quien Rafael Moreno Valle le agradeció “el respaldo”.

Y lo sabe, por que “el término Comunidades Seguras implica que una comunidad aspira a lograr la seguridad mediante una aproximación estructurada, no que la comunidad es en ese momento un lugar perfectamente seguro”, según se lee en la página web de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica A.C.

Puebla no es segura

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Y las cifras en lo que respecta a la incidencia delictiva pintan a una ciudad que está lejos de ser segura. Un estudio realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC, y que fue dado a conocer a mediados de febrero, ubica a Puebla capital como el municipio 160 –de los 2 mil 445 que hay en el país— en lo que se refiere al homicidio doloso, pues presenta una tasa de incidencia de 6.4 casos por cada 100 mil habitantes.

Aunque se trata de un delito que tiene una mayor incidencia en la zona conurbada a la capital poblana, por ejemplo Amozoc que se ubica en el lugar 125 tiene una tasa de incidencia de 10 casos por cada 100 mil, mucho más arriba se ubica San Pedro Cholula que alcanza una tasa de 16.2 casos, aunque es Tehuacán en donde se observa la tasa más alta de todo el estado: 42.4 casos por cada 100 mil, lo que coloca a ese municipio en el lugar 17 del listado.

En cuanto al número de violaciones la capital poblana se ubica en el lugar 84 con una tasa de incidencia de 13.9, aunque de nuevo son los municipios conurbados en donde se observa una mayor incidencia, Amozoc en el lugar 74 reporta 14.5 casos por cada 100 mil y San Andrés Cholula 15.6 para ubicarse en el lugar 64.

En lo que se refiere a “Lesiones Dolorosas”, la capital poblana se ubica en el lugar 46 con 230 casos por cada 100 mil habitantes, aunque es Atlixco el municipio con la incidencia más alta pues llega a 269 para ubicarse en la posición 23.

Pero el mayor problema delictivo para Puebla y San Andrés Cholula es el robo con violencia, la tasa reportada por la organización no gubernamental basada en cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública es de 569 y 575 casos por cada 100 mil habitantes respectivamente.

En agosto de 2011, Cuautitlán Izcalli se convirtió en la segunda Comunidad Segura de México. Su incidencia delictiva 2012, comparada con Puebla, está así (según el mismo estudio del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal AC):

Comparativo en tasas de incidencias por 100 mil habitantes

Pero, ¿qué es Comunidad Segura?

La Comunidad Segura es un modelo de intervención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control y la prevención de las lesiones y la violencia. Su característica fundamental es la creación de una infraestructura local para la prevención de las lesiones y la promoción de la seguridad mediante la cooperación entre los diferentes actores de una comunidad: gobierno, sector privado, organizaciones comunitarias y miembros de la sociedad civil.

Este enfoque tiene sus orígenes en un proyecto piloto para la prevención de las lesiones en Falköping, Suecia, en 1975, pero inició su existencia formal durante la Primera Conferencia Mundial de Prevención de Lesiones y Accidentes de 1989, en Estocolmo. Como producto de esta conferencia se suscribió el “Manifiesto por las Comunidades Seguras”, el cual declara que “Todos los seres humanos tienen el mismo derecho a la salud y la seguridad”.

Actualmente hay más de 200 comunidades seguras, con poblaciones que oscilan entre los 2 mil y los 2 millones de habitantes, en países de todos los continentes.

Los requisitos son mínimos

Para ser candidata a la certificación, una comunidad debe:

1. “Presentar por escrito a la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica A.C., Presidente Sr. Marcos Fastlicht S., la solicitud con el nombre de la(s) comunidad(es) que serán candidatas para la Certificación.
2. “Firmar el Convenio de Colaboración para dar inicio con el proceso de Certificación.
3. “Presentar los programas que se tengan implementados, en materia de Seguridad Pública, Procuración de Justicia, Educación, Salud, Deporte, Cultura y Medio Ambiente para su evaluación”.

Prácticamente lo único que se acredita es la existencia de infraestructura y de programas focalizados a grupos y temas como medio ambiente, salud, procuración de justicia, deporte, cultura y seguridad pública; no se necesita demostrar si los programas se aplican y si son exitosos. Puebla presentó 27 programas.

Según informó el ayuntamiento, la “inversión” para obtener la certificación fue de 3 millones de pesos, y la hizo junto con el gobierno del estado.

A cambio, como parte de un largo listado de «beneficios» podrán promover el modelo «en otras comunidades no certificadas» o serán invitados a la conferencia internacional de Comunidades Seguras que se realiza cada dos años.

¿Eficacia?

Un estudio realizado en 2009 por el Centro Cochrane Iberoamericano concluye que la manera en que se aplica el enfoque de Comunidades Seguras es tan heterogéneo que resulta imposible determinar si el modelo es efectivo.

Por otro lado, el artículo “Las comunidades seguras: una sinopsis”, coautoría de María Isabel Gutiérrez, del Instituto Cisalva de la Universidad del Valle, en Cali, Colombia –y quien estuvo presente en el evento de este martes-, destaca el ejemplo de Piñaflor, en Chile, como un caso exitoso del esquema de la OMS.