Lado B
Caperucita no es como la contaban… [o las joyas del machismo]
Por Lado B @ladobemx
07 de febrero, 2013
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Tuss Fernández

@ituss79

Renuncio al tiempo; amarte así, no se ajusta a ninguna medida.

Hace dos años fui al cine a ver ‘La chica de la capa roja’, sí, la versión moderna [y digital] de Caperucita Roja.

Por cierto, siempre he pensado que el nombre es horrible y que a fuerza de costumbre ya me parece normal, pero ese no es el tema.

La verdad es que aquella vez no esperaba gran cosa de la película pero el resultado me sorprendió gratamente.

El guión fue totalmente inesperado porque no correspondía al cuento que a todos nos leyeron durante la infancia.

Ayer de visita por las salas de proyección y acompañando a la versión local de la reina de la primavera, me arriesgué de nuevo a transformar mis recuerdos de la niñez y entré a ver la reinvención de Hansel y Gretel.

Nada que ver con aquel par de inocentes niños que yo recordaba.

¿A dónde voy con estas acotaciones cinematográficas?

Al simple hecho de aplaudir las ganas de presentarnos una perspectiva diferente de ese cuento que hemos escuchado toda la vida.

Me explico.

Hace poco menos de una semana Reversible publicó en su edición número cinco, historias de Amor Disidente.

En tres entrevistas diferentes retratamos [una pequeñísima parte] de esas historias de amor-desamor que se viven en la diversidad sexual.

Por supuesto que no eran historias típicas con final feliz sino que tenían alguna particularidad: Una mujer que vive con un poliamoroso del que no está enamorada, una pareja de homosexuales separada por las rejas de una prisión y una mujer trans que no puede encontrar el amor porque no ha terminado su proceso de reasignación de sexo.

Tan pronto se compartió el artículo en redes sociales, vino el desatinado comentario: “Esas historias no ayudan en nada a quitar los estigmas que se tienen sobre la Comunidad”.

Pues claro, si no son historias rosas de amor.

No recurrimos a  la fórmula de príncipe+princesa=vivieron felices para siempre

No hay boda al final ni tampoco suenan violines cuando las narramos.

(WTF!)

El punto es que hablar de prisión, de relaciones abiertas y de rechazo, no es exclusivo de la vida gay (LGBTI) y entonces ¿Por qué esperar cuentos en lugar de realidades?

¿Esos comportamientos sólo se aceptan entre heterosexuales? ¿O cómo?

¿Por qué tendríamos que limitarnos a hablar bien del colectivo para que se nos liberara de estigmas?

Para ganar simpatías ¿tendríamos entonces que adherirnos al estereotipo de las relaciones heteronormadas?

Bueno pues para esos amantes del cliché, la solución es bien simple: Enciendan la televisión y sintonicen las novelas.

Mientras tanto, si no les molesta (y si les molesta también) nosotros estaremos viviendo y amando, de manera cotidiana, en el mundo real.

La joya

Espectacular

En la zona más exclusiva de esta Angelópolis apareció surcando los cielos, un monumento a la cultura machista-sexista de este país.

“When I want something I just take it” (Cuando quiero algo, simplemente lo tomo) se lee en un espectacular y se ve la imagen de un hombre tomándole la nalga a una mujer.

Todavía hay despistados que se preguntan si colocar a una mujer en calidad de ‘objeto’ en un anuncio, -por cierto- instalado en el estacionamiento de la televisora del gobierno estatal (PueblaTv) en una avenida principal, es violencia de género.

Pues si les parece normal que en Puebla se hayan registrado 2 violaciones diarias durante 2012 y que desde 2005 hasta ahora se sumen alrededor de 400 feminicidios, entonces no se preocupen, debe ser cualquier cosa menos violencia de género.

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