Lado B
La del 2010 fue una campaña negociada: Zavala
El excandidato habla con Lado B de su partido, sus dirigentes y del que fue su mentor político: Mario Marín
Por Lado B @ladobemx
07 de enero, 2013
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Foto: Xavier Rosas

Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Enfundado en su traje azul marino y con la sonrisa metida con calzador, la noche del 4 de julio de 2010, Javier López Zavala aseguraba que el triunfo había sido para su partido, que las cifras y las tendencias en sus manos así lo demostraban. Dos años después vestido con un saco nego a dos tonos y sin corbata, frente a una taza de café, el ahora diputado federal –el único de los legisladores poblanos que preside una comisión legislativa, la de población— sostiene que la elección para gobernador que perdió como candidato fue una “campaña negociada (…) pactada en otros ámbitos de lo político”.

Y aunque no da nombres de esa negociación, sí señala al ex gobernador Mario Marín Torres, su otrora líder político, como uno de los pesos muertos que arrastró su candidatura a la derrota.

Zavala no es el primero en decirlo, el ex dirigente municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Carlos Meza Viveros también apuntó en ese sentido al ser entrevistado por Periódico Digital: “Qué fue lo que paso con Zavala que era una especie de hombre cercano, amigo cercano, confidente, algo que le debe haber hecho que le dolió tanto, se percató que fue utilizado y todos lo supimos que fue utilizado. Eso fue lo que pasó”.

Quien fuera el secretario de Desarrollo Social en el sexenio pasado también responsabiliza de la debacle de su partido, aunque sin mencionarlo directamente, a Enrique Doger Guerrero, coordinador metropolitano de promoción al voto del tricolor durante la campaña de 2010: “En la capital la estructura electoral se vendió, la compraron, la cooptaron. La derrota fue acá en Puebla capital, no en el resto del estado”.

En una larga charla con Lado B, el hombre de los mítines multitudinarios, el que las encuestas y la prensa dieron por meses como el sucesor de Marín en la gubernatura habla de las traiciones que lo descarrilaron, pero también sobre Fernando Morales, que hasta hace unas semanas despachaba como presidente de su partido y a quien cuestiona por haber puesto ese instituto político al servicio del gobernador Rafael Moreno Valle.

También deja en claro que hace mucho que ya no forma parte del grupo de Mario Marín y que en el proceso electoral de este año participará apoyando a su partido, pero que no llegará a las boletas electorales.

El PRI en el 2013

Estamos en la puerta de la elección de 2013, su partido ha tenido una serie de movimientos, cómo lo ve en el contexto local en donde, además, dejaron de ser la primera fuerza.

–Lo veo dinámico, vivo, cercano a la sociedad. Contradictorio a lo que se podría pensar después de la elección de 2010 el PRI se reposiciona, porque en 2012 de 16 distritos federales ganamos 12 sin ser gobierno, y el gobierno (panista) se quedó con cuatro, un gobierno que en ese momento tenía el control estatal y federal. Creo que el PRI ha aprendido la lección.

El reto para el 2013 es trabajar con unidad, no se trata sólo de cambiar al PRI estatal sino cambiar a los operadores políticos, de abrir el espacio político no sólo a un sector sino a todas las fuerzas políticas para llegar fortalecidos a la elección, sin duda hay que tener una gran estructura y tener las mejores propuestas y candidatos, y ya estamos trabajando para que eso suceda en el 2013.

Aunque le diré una cosa, sé que el PAN tiene intereses de hacer una megalianza en donde vayan PRD, Convergencia, PT, Nueva Alianza… son seis contra el PRI, eso obliga al PRI a democratizar aún más sus métodos de selección de candidatos y a respetar la voluntad popular.

¿Qué pasó con Fernando Morales? De un día para otro se despide, dice que tiene ofertas en el gobierno federal y se va, con todo el cuestionamiento que carga detrás sobre una relación de subordinación con el gobernador que es de otro partido, con el asunto de los cursos propedéuticos, ¿qué pasó ahí?

–Pienso que todo eso está visto por la sociedad, y mal visto. Creo que el PRI debe ser más independiente, como debe de serlo por formación política. El PRI debe estar del lado de los ciudadanos y no del gobierno, porque nosotros no somos de ese partido; y segundo, el PRI debe de ser coherente, lo que hace y lo que dice debe cumplir con los estatutos y ser un partido cercano a la sociedad, debe enarbolar la problemática más sentida de Puebla y en los últimos meses el PRI estaba callado, sin voto, y creo que si queremos ganar las próximas elecciones debemos ser más participativos y avanzar en lo que la sociedad requiere.

Una de las razones por las que el PRD saca más votos en Puebla, es que el PRD se ha visto más crítico que el PRI, el PRI estaba callado y no podemos permanecer así.

¿Hizo mal trabajo al poner el PRI al servicio del gobernador o cómo comparsa del gobernador?

–No creo que haya ningún priísta contento con eso, sinceramente hay una gran molestia en todos los sectores. Y lo han comentado, pudiera compartirlo o no, pero lo que se decía era que el PRI estaba arrodillado, y eso lastima como priísta y eso genera desconfianza en el sociedad. Pero un parteaguas para nosotros fue la elección de junio pasado en donde ganamos la gran mayoría de las curules y obviamente ya tenemos un nuevo presidente priísta.

En este democratizar al PRI y abrir espacios a todos los grupos, ¿hay espacio para el grupo del exgobernador?

–Yo no soy ya parte de ese grupo, sin embargo, para mi grupo sí hay espacio, y yo encabezo mi propia corriente política, una corriente innovadora, de jóvenes, pero de honestidad, la gran mayoría de los diputados locales son parte de este grupo como la mayoría de lo presidentes municipales, pero no se trata de etiquetar la política sino de comprometernos con el trabajo diario, con el quehacer y que cada uno de los diputados federales o locales puedan dar cuentas a la sociedad, y sí, tenemos espacio.

Foto: Esto Es Foto | Archivo

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En el Congreso se ha cuestionado a los diputados de su partido, porque el PRI está arrodillado ante el gobernador y no sólo se menciona a la estructura de su partido sino también su bancada, en la que se encuentra gente de su grupo, pues le han aprobado la llegada a organismo judiciales y ciudadanos a personajes que carecen de experiencia. Hay también responsabilidad de esos diputados que forman parte de su grupo.

–Yo creo que hace falta mayor valor político, mayor experiencia, y sobre todo mayor fogueo. He platicado con el propio presidente del Congreso, Edgar Salomón, sobre la necesidad de adoptar una posición y actitud distinta, de mayor debate y no de ser comparsa, nosotros somos una oposición, pero una oposición razonada. Creo que ahí ha faltado valor político, pero espero que al paso de estos meses se vayan componiendo las cosas. Roberto Grajales fue mi compañero como diputado local, pero efectivamente no tiene ninguna experiencia en el ámbito jurídico, no ha sido juez, procurador ni siquiera agente del MP, bueno por qué méritos llega a ser magistrado, no puede ser.

Y ahí votaron todos, los de su grupo, los que no son de su grupo, todos…

–Y yo no estoy de acuerdo, lo dejo muy en claro. Si queremos que México cambie tenemos que llamar a las cosas por su nombre, no podemos parchar a la democracia y cuando nos conviene decir que están bien las cosas y cuando no nos conviene decir que están mal.

Ya no forma usted parte de ese grupo del ex gobernador, pero de pronto se le ve reunido con sus colaboradores, pareciera que intenta regresar al juego de la política, ¿usted lo ve así, que esté buscando regresar a la palestra política?

–No lo sé, no he platicado con él. Ahora, legítimo derecho de aspirar lo tiene, pero creo que la circunstancias son adversas, con independencia de una decisión personal hoy la sociedad te exige no sólo honestidad, también exige rostros nuevos, lo demás ya no me toca a mí juzgarlo, creo que ya ha sido juzgado en su momento y su gobierno. Por lo que me a mí me toca estamos trabajando con otros tipo de compromisos, y trabajando para que no se repitan los errores que nos llevaron a la derrota en la pasada elección

La elección de 2010

¿Cuáles fueron los errores que los llevaron a la derrota en la pasada elección?, ¿qué pasó en su campaña?

–Sin duda el asunto de Lydia Cacho nos pegó muchísimo, aunque yo no sea el responsable y no tuve nada que ver, pero por ser parte del gobierno me tocó raspada, o el otro asunto el de la camaroniza que a él (Marín) le endilgan con una señorita, pero lo otro fue la selección de candidatos donde yo no tuve que ver nada, dejé que se hicieran encuestas y se eligiera a quienes pudieran ser los mejores perfiles.

Yo inicio una campaña con más de 20 puntos, y cuando se van decidiendo o imponiendo candidatos a diputados, diputadas o presidentes municipales, ya ni se diga el tema de las traiciones, grupos que era muy fuertes del PRI hicieron campaña por abajo del agua para favorecer la alianza. Y bueno, tener enfrente a una alianza así, no obstante que yo logré la mejor votación histórica del PRI pero no alcanzó porque fue una elección plagada de guerra sucia, de compra de votos, de relleno de urnas y de traiciones, ya ni se diga de recursos, acá le metió lana tanto el presidente de la República como Ebrard, y Elba Esther, y bueno pues yo no tenía tanto dinero para comprar la voluntad popular como ellos lo hicieron, pero los votos que saqué fueron suficientes para superar a Mario Marín y a Melquiades Morales, y ellos sí ganaron.

Foto: Es Imagen

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¿Quién lo traicionó?

–No me toca a mí decirlo, pero ya lo han ventilado ampliamente ustedes.

El día de la jornada electoral, en julio de 2010, ¿en qué momento para usted es claro que la elección ya estaba perdida?

Yo me entero el mismo día, y los resultados no coinciden con la realidad, desde dos ámbitos: primero los eventos que yo tuve eran multitudinarios, no podía ni caminar siquiera, entraba y entre saludar y conversar con la gente me tardaba dos horas en llegar al pódium para comenzar el evento, así de emocionada estaba la gente, y los resultados el día de la elección no concuerdan porque hubo relleno de votos. Acá mismo en la capital la estructura electoral se vendió, la compraron, la cooptaron.

La derrota fue acá en Puebla capital no en el resto del estado, y entonces yo nunca me sentí en una campaña perdida, siempre me sentí en una campaña ganadora. A pesar de ello se puede decir que fue una campaña negociada, no por mí, sino por otros actores, pactada en otros ámbitos de la político, no por mí, la campaña que yo hice fue incansable, hasta el último día. Y la gente después de los resultados, yo regresé a hacer una gira de agradecimiento por todo el estado y la gente lloraba como si alguien se hubiera muerto.

¿Lo vendió Mario Marín?

–No lo sé, no lo sé, insisto, si me vendió, me negoció, lo que sí puedo decir es que los resultados no concuerdan con la realidad, si hubiéramos echado una apuesta la gente decía: “va a ganar Zavala, va a arrasar”, y nos vimos con resultado distinto, habría que investigar si hubo negociación, pacto o simplemente la mega-alianza con los mega-recurso cambiaron el voto.

Si el asunto de Lydia Cacho les pegó tanto, y era claro que sería un tema que se iba a utilizar políticamente, y además una de las tradiciones políticas, incluso dentro de su partido, es romper con el presidente o el gobernador anterior, ¿por qué usted no rompió con el gobernador?

–Dicen que el que traiciona a uno traiciona a todos, y Zavala es un hombre de principios y valores y lealtades, yo puedo tener un agradecimiento previo a Marín que me dio oportunidad de ser secretario de Gobernación tres años y luego secretario de Desarrollo Social otros tantos. Ahora, me parece que el asunto de Lydia Cacho fue un asunto personal, no un asunto de gobierno, un asunto de él nada más, que por cierto ya fue calificado por la autoridad competente. Por eso no rompí, el que traiciona una vez traiciona siempre. Qué puedo pensar sobre la reacción de la sociedad, a ver, si Zavala perteneció a ese grupo y ahora que están señalando a Marín, fundada o infundadamente, se quiere abrir, ¿lo cree la gente o no lo cree? No lo sé, me pareció que podría ser visto como una deslealtad, simplemente aguanté, yo sabía que no debía nada de ese tema, sin embargo la conclusión es que los poblanos no lo creyeron.

Si, la idea es que Zavala era la continuidad del mismo gobierno, que no iba a darse un gran cambio, justamente porque no se dio ese rompimiento, entonces al final sí acabó como un referéndum sobre la administración de Mario Marín

–Así es, sin embargo el tiempo me ha dado la razón, yo soy un grupo distinto, estoy trabajando distintamente, y lo estoy haciendo con respeto. No hay ningún señalamiento para Zavala como persona o como clase política, creo que lo hemos hecho siempre con honestidad y resultados.

¿Cómo lo veremos en este proceso que está arrancando?

–Muy participativo, independientemente de grupo políticos tenemos que trabajar por los espacios perdidos y tenemos que la experiencia y la capacidad para hacerlo, ya tuve la oportunidad de ser el coordinador del voto de Enrique Peña Nieto y caminamos por todo el estado, y la gente quiere resultados, no discursos. Quieren obras, hospitales, no sólo en la capital, Puebla no es solo la capital, son 217 municipios y los demás están olvidados.

¿Cómo ve a Pablo Fernández del Campo?

–Lo veo joven, inquieto, es un rostro nuevo, pero no conoce todo el estado, ha sido regidor, ha sido diputado local, fue secretario de Cañedo en la presidencia municipal, entre otras cosas, pero creo que tiene que abrirse a todos los grupos del PRI, un solo hombre no puede, como una golondrina no hace verano.

¿Pablo llega a apuntalar la candidatura de Pepe Chedraui como se comenta en las columnas?

–No, yo creo que Pablo viene a unir al PRI, viene a marcar una distancia al gobierno del estado, viene a trabajar por Puebla y los priístas, no veo otro mensaje político, y si así fuera lo diría, porque no veo a un presidente cooptado por un grupo, sino que el PRI no es de una sola persona es de todos los priístas.

¿Cómo ve a los posibles candidatos, las encuestas ya ponen a Enrique Agüera, Enrique Doger también tiene mucho interés, cómo ve la caballada?

–El PRI tiene que hacer una evaluación a fondo del posicionamiento real de los candidatos, saber si hay posibilidades de triunfo y una vez que se seleccione a la o los abanderados debe prevalecer la inclusión, porque imaginemos que ya se seleccionó al candidato, pero si no tiene soporte o sustento en la base social pues no podrá llegar al triunfo, debe tener buenas propuestas, una trayectoria política y una conducta intachable y algo más que debe valorar el PRI es que no sean personajes que ya traicionaron al partido.

¿Traidor a su partido se refiere a Doger?

–Yo no dije nombres.

¿Y cuál es el bueno para usted?

–El que dé garantía de triunfo.

Bueno, ¿quién es su candidato?

–No tengo candidatos.

¿Y a usted lo veremos compitiendo?

–No, por el momento no, esperaré otros tiempos, tengo el compromiso de estar en estos años en el Congreso de la Unión y ya veré qué espacio buscar más adelante, pero por el momento no.

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Autor Lado B
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