Lado B
LA ISLA AZUL Y OTROS POEMAS
Athena Ramírez y Ramírez
Por Lado B @ladobemx
23 de noviembre, 2012
Comparte

Athena Ramírez y Ramírez

LA ISLA AZUL

 

Hemos hundido nuestros ojos en la mesa

Como si en ese mantel

En sus nubes estampadas

Estuviera la respuesta

Al hambre y a este hastío

Que se acumula en las uñas

No somos un par de alfiles

Hemos quemado el barco y el tablero de ajedrez

Los libreros y la cama

Para darle calor

A este diminuto cubo de hielo

Al que nos empeñamos en llamar hogar

Estamos en una isla techada

Que tuvo constitución propia

Nuestros diez mandamientos

Cadena de preceptos

Notas musicales sin pentagrama

Que desordenamos

Y volaron

Hemos matado este pasado

Hemos roto las astillas

Compramos un vacío que no acabamos de pagar

Y nos llena la palabra de huecos

Hemos fundido tu máscara con la mía

Ya no vestimos un disfraz sociable

Tristeza es la piyama que usamos por las noches

La piyama azul-cielo absorto

No tenemos más remedio

Que buscar a obscuras la mano del otro

Doblar los sueños

Guardar los ojos

No salir

Perderse dentro

Para no mirar el tiempo

No tenemos más

Remedio

En esta isla azul

Que estar juntos.

 

 

 

 

 

ESPACIOS

 

I

No estoy vacía:

Cargo con un ramo de aromas

Sostenido por telarañas de incienso

 

A la naturaleza aérea

Le enredo una estola de suspiros

Inhalo el rostro del espacio

Cunden las gardenias

Ha nacido una Tierra invisible

Me colmo el cuerpo de polen

Brota su manto en la garganta

 

Porque respiro no estoy vacía

Tengo un jardín en los pulmones

II

Esta es una belleza que no pretende ser de mármol

Es más una mariposa que nunca fue oruga

Que al paso rasga su sombra contra las piedras

Para extirparse el túnel

Despintarse

Sacar la oruga de la entraña

La tristeza atrapada en sus alas

Una belleza que desea arrastrarse

Pero inasible

A la sombra del lodo

sigue volando

 

 

 

III

No digas que el cielo se ha desmejorado

Sólo porque es otoño

No creas que la gente es cruel

Sólo por las cabezas que cuelgan del puente

No todo está perdido

Estás aquí más presente que muerto

No pienses que te olvidé;

Sólo intento que no duela

No comas ansias

Come de mí

Que estoy como kiwi verde

Tan ácida

Que te fundiría la somnolencia

 

 

IV

Más incierto que mi sombra en la noche

Más obscuro que un párpado

Más inmune

Más feroz

+

Todo esto que no soy

Es

igual

a mi afán

De borrarte

Que es un afán

Mucho más obsoleto

Que el de echarte de menos

 

 

V

Tiembla

Otra hoja

En la ventana:

Ha fallecido en el aire.

La ventisca toma por los hombros al naranjo

Lo sacude preguntando

¿Qué soy?

¿Puedes sentir mis manos?

Pero el naranjo

Que nunca ha mirado al viento, lo abraza

Se erotizan, se fusionan

Son los amorosos

Invisibles

Los aromas que guardo en este ramo

En este espacio que sostengo

Con esencia a flor de azahar.

VI

Qué hace el vino

Que cuando lo bebo te borras

Que al derramarlo, apareces

Ofuscado y difuso

Qué te hace el vino

Que yo no te haya hecho

Para volverte una bestia escarlata

Desbocarte como río de sangre y lava

Yo también te he enrojecido los labios

Te doy más vértigo que la razón

Pero no me tomas con furia

Qué te hace el vino que a mí no

Qué te hace para que tú

Lo prefieras

A él

O al whisky y el opio

Qué te hacen todos ellos

Qué te hacen

Que yo no

 

Siento

 

Nada

 

 

 

 

 

VII

Hay que cargarse completo a uno mismo

Tejerse la sombra propia a la bastilla

Avanzar y no mirarla crecer

Sólo arrastrarla

Como a una muñeca de trapo

Que se mojen sus ojos

Contra los charcos tibios

Que disuelva el sendero

Reinventando universos con el lodo

Arrancarse los ataúdes que habitan en las costras

Sacudirse al muerto

Avanzar y crear

Reinventar y simplemente largarse

Tras los escurridizos pasos

De la incertidumbre

Del azar.

 

 

 

EL TIEMPO O EL INAGOTABLE PARADIGMA DE CRONOS

 

Y sí:

Acepta Cronos que ignora de pausas

 

No hace más

que escabullirse

por callejones incógnitos

Saltar bardas en segundos

Alejarse de la niñez

       con sus horrores y amaneceres

Años de piloncillo arrojados al agua tibia

Tomados de un trago

Saciando la sed que no se extingue

Completando la reinvención

De lo que no cesa de renacer

Perseguir ansioso el final que no existe

         Y sigue transcurriendo

                  arena en el embudo

 

         . . . sigue corriendo el tiempo. . .

 

¿Y si Cronos se cansara

      sin agotar(se)    el tiempo?

Que sus manos sujetaran el escenario perfecto

Deteniendo las palpitaciones del espacio

Cristalizarlo todo

Parar.

 

Pero no hay nada que Cronos conserve

Con su duro oleaje en péndulo desvanece murallas

Y el corazón trazado con nuestras siglas, erosiona

                          / entre el resto de los idilios de polvo

Sopla las hojas de una vida

          Ideando calvicie en un riguroso álbum

          de flores secas

          de fotos tuyas

Cronos invade el plano de ajenos

Desaparecemos del mundo

      hábitat rentado

              en el que estuvimos

                     como en nuestra alcoba

                               Y desaparece el mundo

Nos barre

         del paraíso

         de la rutina

Como reminiscencia

Somos el haz de una sombra vieja

 

Cronos rueda dentro de su esfera

Da un paseo por las ciudades más viejas

Se mira a sí mismo carcomido

Es Mr. Grey

Se adora, se da asco, sigue rodando

Quitándole pintura a los murales

Va por Paris, por Toledo y Roma

donde el pasado se niega a retirar su cadáver

Y no sabe

Si él

Algún día

Morirá también

O si el giro del desgaste

Es una cadena que se arrastra

Para ser inmortal

 

¿A qué te sabe, Cronos, el camino a la muerte?

Seguro a sangre de un cuerpo llagado

A fruto pútrido, pan enlamado en leche rancia

A un sexo anciano entre dos piernas que lo estrangulan

Eres la leyenda de un dios que comía dioses

Que mata para tener más tiempo

 

Y sí,

El tiempo:

      Sintonía de cráteres

         Eco de cadavérica lava

                Es cáscara cóncava

         en el pecho de Cronos

      Se acaba

este segundo

y nace

este

otro segundo

que muere

mientras nace

otro

que está

muriendo

y es

Cronos

el reloj

Un latido que marcha

entre ruinas

Y sus labios se cierran

Ante el silencio

se calla

e inventa

El silencio.

 

Athena Ramírez y Ramírez (1982)

México DF – Tepoztlán, Morelos

Locutora, poeta, cuentista y tarotista.

Estudió Creación literaria en SOGEM.

Conductora del programa «Paseo nocturno» en Radio Tepoztlán dedicado a la difusión de la poesía.

Con publicaciones en antologías, revistas independientes impresas y digitales. Intervenciones poéticas, dramatizadas y conducción en diversos foros.

Está próximo a publicarse su poemario Incivil.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion