“Vivimos en una sociedad que enseña a las mujeres a cuidarse de no ser violadas en vez de enseñar a los hombres a no violar”… la frase es contundente y se lee en una de las fotos que han circulado en las redes sociales para promocionar “La Marcha de las Putas”, una manifestación a realizarse este domingo en la que las mujeres saldrán a las calles a exigir se respete su derecho a vestir sin reglas morales que las condenen, a transitar sin el temor de ser agredidas física o verbalmente, a plantear que no hay justificación alguna en la violencia que se ejerce, incluso si ellas decidieran salir sin ropa alguna.

Y esa manifestación se ha apropiado del término puta –palabra de tan sólo cuatro letras cargada de una fuerza de destrucción demoledora— para tratar de quitarle el peso.

Y así lo explican: “¿Por qué putas? Históricamente, el término puta se encuentra cargado de un significado negativo y peyorativo: mujer promiscua, que tiene relaciones sexuales por dinero, por placer, que viste de manera inapropiada, que no es una buena mujer, etc. El término sirve como una forma de insulto o etiqueta para el comportamiento de mujeres que se encuentran fuera de lo que la sociedad considera ‘adecuado’ y ‘aceptable’”.

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Y el recorrido de los colores vuelve a regresar al morado, el color que Reversible, el suplemento de la diversidad sexual escogió como elemento de identidad. El equipo comandado por Tuss Fernández va por su segundo número y si en el primero el tema fue la transexualidad femenina-masculina ahora nos ofrecen una mirada a ese otro espacio sexual en donde las opción es más de una.