Lado B
Diversidad sexual, un camino hacia el infierno
A través de minifolletos, la Iglesia católica "alerta" sobre los "pecados" de homosexuales, "sidosos" y "aborteras"
Por Lado B @ladobemx
12 de octubre, 2012
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Josué Cantorán Viramontes

@josuedcv

Están a disposición de la feligresía católica de todo el país al módico precio de seis pesos y su intensión es “prevenir a los fieles en contra de los peligros a que estaba expuesta su fe”, proveyéndolos de contenidos didácticos en los temas más polémicos que los preocupan, como las iglesias protestantes y, por supuesto, la sexualidad.

Se trata de los folletos de la Sociedad EVC (El Verdadero Catolicismo), que pueden adquirirse en los llamados Casilleros EVC –en Puebla hay uno en el templo de La Compañía–, cuya instalación cuesta a la parroquia interesada 7 mil pesos más gastos de envío, de acuerdo a información disponible en el sitio web de dicho grupo editorial.

Foto: @josuedcv

Títulos como La castidad: una virtud de nuestro tiempo; El noviazgo: ¿pasatiempo o compromiso? o La familia: su sentido y misión, son sólo algunas de las publicaciones que buscan guiar al católico o la católica en las enseñanzas de su iglesia en materia de sexualidad.

De acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2010 del INEGI, en el estado de Puebla, 88.32 por ciento de la población se identifica como católica. En el municipio capitalino, el porcentaje de católicos sólo disminuye a 85.47, con poco más de un millón 300 mil fieles.

En ese contexto, ReversibleMx se dio a la tarea de solicitar la opinión de una especialista en educación sexual sobre el folleto intitulado ¡Alerta papás!: educación sexual ahora más que nunca, en el que se presentan consejos a los padres de familia para guiar a sus hijos.

POR UNA EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL

En una conversación con ReversibleMx, la psicóloga y sexóloga educadora Perla Lizette Ruiz, presidenta de la organización Equilátera AC, enfatizó sobre la importancia de que una sociedad esté educada en la sexualidad, vista como una tarea integral y holística.

“Existe la idea errónea de que la sexualidad sólo tiene que ver con la reproducción, pero en realidad abarca prácticamente toda nuestra vida, como el erotismo, la equidad de género, el desarrollo emocional de una persona o su proyecto de vida. Por lo tanto, la educación sexual debe ser una educación integral”, comentó.

Por su parte, en el folleto de la EVC, cuya autoría corresponde al sacerdote Pedro Herrasti, se comparte una idea similar, pues se explica que los contenidos meramente biológicos que se imparten en las escuelas son insuficientes: “es una mera información de cómo funcionan los aparatos genitales”.

Erradicar la idea “simplista” de que la sexualidad sólo se reduce a los aspectos reproductivos, es uno de los mayores retos que enfrenta la educación sexual en México, asegura Perla Ruiz, pues ello genera una “apatía generalizada” en la población, quien rechaza educarse en la sexualidad al considerar que “ya lo sabe todo”.

DATOS AMBIGUOS, ERRÓNEOS O CONFUSOS

La Iglesia Católica, a través de los folletos EVC, promueve que los padres eduquen a sus hijos en el valor de la castidad, tomando en cuenta las enseñanzas escritas tanto en la Doctrina de la Iglesia como en diversos documentos firmados por los líderes eclesiásticos.

Al respecto, Ruiz –quien se dedica a la impartición de talleres sobre sexualidad y educación para la paz– comentó que es importante reconocer que “cualquier grupo humano es libre de promover sus valores mientras implique respeto a la diversidad”.

Sin embargo, al realizar un análisis de los argumentos de la EVC, encontró que éstos se sostienen en una serie de datos erróneos o probadamente “falsos”, como es el caso de la afirmación de que la explosión demográfica se debe al “libertinaje sexual facilitado por los anticonceptivos y los preservativos”.

Al respecto, Ruiz aclaró: “se sigue sosteniendo (en la Iglesia) que los únicos métodos anticonceptivos permitidos son los naturales, cuando el método de ritmo es sumamente variable e ineficaz, y la eyaculación interrumpida también tiene perjuicios importantes”.

Foto: @josuedcv

Asimismo, la Iglesia apunta datos –sin citar fuente– que aseguran que tan sólo en 1993 hubo en Rusia 120 mil casos de muertes de mujeres que se realizaron un aborto legal, por lo que concluye que “la legalización del aborto no resuelve el problema de la mortandad de madres aborteras (sic)”.

Por su parte, la especialista en temas de sexualidad reconoció que si bien la legalización del aborto no remedia por completo la problemática de embarazos no deseados, “sí resuelve la mortandad en mujeres que abortan, porque se hace en condiciones limpias, reguladas por el gobierno, vigiladas por organizaciones civiles. Se resuelve como cualquier otro problema de salud”.

LENGUAJE DISCRIMINATORIO

Si bien la presentación de datos obsoletos o ambiguos resulta un tema grave, Ruiz consideró aún más “preocupante” el lenguaje utilizado en algunos de los pasajes del folleto EVC, pues explicó que éstos “promueven el odio y la discriminación” e incluso “incitan a la violencia y el aislamiento”.

Con respecto a la página 5, donde se explica que “se calcula en cien millones el número de sidosos (sic) al inicio del siglo XXI”, la sexóloga educadora argumentó que la palabra “sidoso” es sumamente negativa desde una perspectiva humanista, pues “no sólo discrimina y cosifica; reduce a la persona a un ente con la infección, como si fuera el virus andante”.

Añadió que “nadie vería con buenos ojos que yo me refiriera a un compañero de clase que llega con alguna infección, como: ‘ahí viene la griposa’. Nadie lo va a avalar, ¿por qué sí sidoso?”.

Por otro lado, cuando se leyó el párrafo donde se asegura que los padres deben educar “en la profunda convicción de que la homosexualidad es un vicio contagioso”, Ruiz cuestionó igualmente el uso de la palabra “vicio”, pues considera que ésta “también implica un juicio moral”.

Asimismo, luego de aclarar que las orientaciones sexuales no son condiciones que puedan transferirse de un sujeto a otro, añadió que difundir la idea de que la homosexualidad es “contagiosa” promueve el “odio y la segregación”, pues en el fondo se está diciendo: “hay que aislar a los homosexuales y a las lesbianas, porque contagian”.

En ese sentido, añadió que la arraigada homofobia de la Iglesia Católica sí ha sido un freno importante para el desarrollo de la educación sexual integral en México, pues aseveró que los ideales promovidos al interior de esta institución “enseñan la homofobia como un valor”.

De igual modo, criticó que la Iglesia se escude en un discurso sobre el “libertinaje sexual” para tachar a las personas que se alejan de sus enseñanzas: “la palabra libertinaje es un discurso meramente moral. No existe algo en que filosóficamente lo podamos fundamentar como tal. No puede ser que un valor en exceso sea malo. En otros valores suena absurdo. Nadie dice: ‘mira cuánto respetaje’”.

Al respecto, concluyó que ese “miedo a la libertad” que se refleja en la utilización de la palabra libertinaje, también deja entrever “el miedo al cuestionamiento de los propios valores, pues ¿qué voy a hacer cuando ya nadie avale la homofobia?”.

‘RENOVARSE’ SIN CONCEDER

Para finalizar, Perla Lizette Ruiz concluyó que las nuevas dinámicas sociales podrían permitir que el discurso de la Iglesia Católica con respecto a la sexualidad vaya modificándose de modo paulatino, pero que ello no significará que necesariamente se den pasos importantes a favor de la inclusión o la equidad de género.

“Son estrategias de la Iglesia para irse renovando y caminando con la sociedad, porque si no los cambios sociales se la comen, se hace obsoleta y desaparece; pero dudo que algún día llegue al punto de promover la diversidad, la inclusión y la tolerancia”, lamentó.

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