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Urge reformar ley electoral para impedir que los candidatos ocupen cargos de elección popular a partir de prácticas fraudulentas, aseveraron académicos de la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México, quienes consideraron improbable la anulación de la elección presidencial, aunque el PAN y el PRD compartan inconformidad  ante la supuesta compra y coacción del voto del PRI.

En esta elección le faltó poderío a la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) para regular e impedir que se realizaran acciones fraudulentas, afirmó el investigador del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Ibero, René Torres Ruiz, quien dijo que aunque PAN y PRD presenten pruebas sobre la supuesta compra de votos del PRI con tarjetas de débito emitidas por Monex, los jueces del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) no tienen fuerza ni autonomía para anular la elección.

“La ley electoral debe replantearse para evitar que la coacción y compra de votos sea una práctica recurrente en todas las elecciones. Faltan leyes restrictivas que castiguen de manera efectiva a las personas involucradas en delitos electorales antes, durante y después de la elección”, subrayó.

Comentó que en un sistema electoral, jurídico y democrático sano, debería imponerse una sanción e incluso impedir que alguien que ganó una candidatura recurriendo a prácticas como la compra de votos, coacción de votos y rebase de topes de campaña, no asuma el cargo que ganó mediante la votación popular.

Detalló que se puede hablar por mera intuición de la coacción y compra de votos, pero estas supuestas prácticas se han dado en esta elección y en las anteriores, sin embargo la anulación no ha prosperado porque “no tenemos elementos jurídicos necesarios indispensables para efectivamente cancelar o anular las elecciones”.

Por otro lado, el investigador en Derecho Electoral de la Ibero, Iván García Gárate, coordinador del libro Tortura en México: impunidad amparada en la ley, publicado por Amnistía Internacional México, refirió que la coincidencia entre el presidente Felipe Calderón, el PAN y el PRD sobre la supuesta compra de votos del PRI, marca el inicio difícil del sexenio de Enrique Peña Nieto con un Poder Legislativo dividido y crítico que lo tendrá en la mira.

Apuntó que en términos técnicos y electorales la elección fue confiable, sin embargo no se sabe cuál es el origen de los votos, si estos se consiguieron a partir de prácticas fraudulentas significa que tendremos un presidente legal, pero no legítimo, por lo que urge una reforma electoral que fortalezca la democracia en México a partir del análisis crítico y la voluntad de los partidos políticos.