Nuestra cultura indígena, ancestral, llena de elementos naturales y que por fortuna, tenemos todavía en el país sitios en los que podemos conocerla. Las zonas sagradas de México deben ser protegidas para evitar que nuestra cultura antigua desaparezca.

En el estado de San Luis Potosí existe una zona que para los indígenas huicholes representa una zona sagrada, en la que por primera vez apareció el sol y con él, la luminosidad de la vida. Wirikuta.

Este lugar ha sido considerado por la UNESCO como parte de la Red Mundial de los Sitios Sagrados Naturales, lo que implica su protección en contra de quienes pudiesen destruir este sitio natural.

La historia se repite constantemente. México es un país extraordinariamente rico en recursos naturales que no pasan desapercibidos para inversionistas extranjeros a los que no les importa nuestro pasado, nuestra cultura, ni lo que representa para nosotros su conservación.

Las concesiones mineras son  muy importantes en esa zona que tiene una gran riqueza. La lucha de los indígenas ha sido permanente por defender su lugar y ahora hay una noticia que no libra del todo la invasión de los empresarios mineros en nuestro país, pero que da un respiro para no afectar la zona más importante. El gobierno federal habla de miles de hectáreas que no serían tocadas por las empresas mineras canadienses, los huicholes afirman que sólo son un poco más de 700 hectáreas las que serán respetadas, al menos, la zona sagrada de los indígenas huicholes. Esto no quiere decir que las empresas mineras dejen de estar en ese lugar. ¿Es un triunfo? Es la presión de miles de personas que han formado una gran cadena de solidaridad para evitar que esta zona se conserve y permita que los mexicanos podamos recordar a nuestros antepasados para siempre.

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La historia de Nalleli Cabazos es conmovedora y es una historia en la que la discriminación está presente en la vida de una persona amorosa, responsable, cuidadosa, pero al que las burlas y discriminación le amargaron la vida. Hoy en Lado B, la historia del padre de Nalleli.