Lado B
A propósito de la “primavera mexicana”, exigencias mínimas para el Estado mexicano
A un mes de que tengan lugar las elecciones presidenciales a la República, y sobre todo, después del incidente del candidato Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, las movilizaciones en todo el país se han multiplicado, volviéndose cada vez más periódicas, más extensas, pero igualmente, más riesgosas y vilipendiadas por grupos ajenos a ellas.
Por Lado B @ladobemx
29 de mayo, 2012
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“No más fiestas individuales,

¡se acabó la soledad!”

Paco Ignacio Taibo II

Marcos Nucamendi / Amnistía Internacional Puebla

@_nucamendi / @amnistiapuebla

Imagen: Cortesía.

A un mes de que tengan lugar las elecciones presidenciales a la República, y sobre todo, después del incidente del candidato Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana, las movilizaciones en todo el país se han multiplicado, volviéndose cada vez más periódicas, más extensas, pero igualmente, más riesgosas y vilipendiadas por grupos ajenos a ellas.

Amnistía Internacional ha tenido conocimiento de la serie de agresiones contra manifestantes y periodistas en los últimos días, en ciudades como Saltillo, Córdoba y Colima. A ello habría que sumarle los casos de Nuevo León y el Estado de México, donde estudiantes han denunciado ser sujetos a amenazas por parte de sus facultades si son partícipes, sea física o virtualmente, de estas movilizaciones y consignas. Hasta el momento, se han señalado como particulares a los responsables de estas agresiones y sin embargo, la información circulante apunta a que son agentes priistas. Independientemente de si son agentes estatales o no estatales, el Estado mexicano tiene obligaciones que no puede darse el lujo de desatender.

Las autoridades deben garantizar que cualquier manifestación pacífica pueda realizarse con todas las condiciones de seguridad y libertad posibles, deben asegurar que cualquier persona o colectivo pueda manifestarse pacíficamente sin que nadie obstaculice el ejercicio de este fundamental derecho. No son recomendaciones tan sólo, son obligaciones que el Estado mexicano tiene como parte de sus compromisos internacionales y constitucionales.

Aprovechamos para recordar: las acciones y protestas públicas pacíficas son una vía legítima para promover las preocupaciones de las sociedades y cómo tal, deben ser entendidas y respetadas. Nosotros como organización hemos hecho y seguiremos haciendo, protestas públicas pacíficas, siempre que así lo requiera el caso que nos competa en el momento y según la estrategia de acción que hayamos decidido tomar.

Para su consideración, en los próximos días, se vienen más manifestaciones en distintas partes del país, la gran mayoría con la mira fija en las próximas elecciones y lo que a partir de ello se desprende; como la consigna a favor de la democratización de los medios. En este contexto histórico, las autoridades de los tres niveles de gobiernos deben desplegar todos los medios necesarios para cumplir con las obligaciones que les corresponden, para asegurarse que ninguna flor, de esta “primavera mexicana”, sea arrancada, siquiera deshojada.

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