Lado B
PEMEX: Crisis generada desde el gobierno
Abandonando la visión de ser "la palanca" del desarrollo económico de México: Hickman
Por Lado B @ladobemx
19 de marzo, 2012
Comparte

El rumbo de Petróleos Mexicanos cambió conforme a una visión externa de vendedor-comprador en los mercados internacionales, abandonando la tradicional visión interna de ser la palanca del desarrollo económico del país

Foto: Joel Merino.

Alfonso Hickman*

(Segunda de dos partes)

Entre los principios que sembró McKinsey en Pemex, destaca el de la “destrucción creativa” basado en la idea original del sociólogo Joseph Schumpeter y el de la “organización inacabada”. Una vez “convencidos” por McKinsey, el Ejecutivo federal y el director general de Pemex, los consultores de McKinsey se dedicaron en los años de 1990 y 1991 a estudiar la organización de Pemex, en donde de manera irresponsable se les proporcionó la información sobre las fortalezas y debilidades de Pemex. El 22 de abril de 1992, con motivo de las lamentables explosiones en la ciudad de Guadalajara, el presidente Carlos Salinas lanzó un ultimátum para reorganizar a Pemex.

Foto: Joel Merino.

Tan sólo en dos meses, el Ejecutivo federal preparó la iniciativa para sustituir la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos de 1971 por la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios, enviándola al Congreso el 1 de julio de 1992. Sin importar la trascendencia que tendría para México, el Congreso de la Unión la aprobó el día 13 y fue publicada en el  Diario Oficial de la Federación el 16 de julio de 1992. Cabe mencionar que la Exposición de Motivos de dicha Ley no revelaba plenamente a los legisladores lo que posteriormente se haría.

Mediante el contrato con McKinsey, la dirección general de Pemex, a cargo de Francisco Rojas, elaboró el «Proyecto de Reorganización de Petróleos Mexicanos” de fecha 14 de julio de 1992. Para su aplicación se formó un Comité Directivo y la Gerencia y Subgerencia de la Transición, cuyos nombramientos recayeron en Adrián Lajous y Juan Manuel Romero, ambos responsables del trabajo previo realizado con McKinsey.

De lo más destacable del Proyecto de Reorganización, se menciona el cambio de objetivos, mediante los que se cambió el rumbo de Petróleos Mexicanos conforme a una visión externa de vendedor-comprador en los mercados internacionales, abandonando la tradicional visión interna de ser la palanca del desarrollo económico del país. Con los nuevos objetivos, se persiguió maximizar el valor de los activos de hidrocarburos y sus instalaciones, con lo que se dio prioridad a la producción de petróleo crudo para exportación, se limitó la expansión industrial bajo el supuesto que era mejor adquirir del extranjero aquellos productos abaratados por la competencia internacional y se sentaron las bases para la transición de una industria petrolera de Estado a la conformación de un mercado abierto regulado bajo la deliberada rectoría débil del Estado.

La prometida autonomía de gestión mencionada en la Exposición de Motivos fue letra muerta, pues a Pemex y a los Organismos Subsidiarios de Exploración y Producción, Refinación, Gas y Petroquímica Básica y Petroquímica, se les impusieron en el Proyecto de Reorganización, las iniciativas gubernamentales siguientes:

  1. Fiscal, con la que se incorporó a Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios al régimen del impuesto sobre la renta, acabando con el régimen de excepción. También se modificó el esquema de derechos que gravaban la producción de hidrocarburos por uno diseñado para capturar la renta económica de estos recursos; este derecho se aplicó sobre el flujo neto de efectivo de Pemex Exploración y Producción, y además, los impuestos indirectos -IEPS e IVA– se aplicaron sobre la venta de combustibles automotrices y de aviación.
  2. Financiera, con la que se redujeron las aportaciones presupuestales con recursos propios del gobierno y en su lugar se dejó que el organismo financiara sus inversiones con utilidades retenidas y financiamientos con deuda.
  3. Precios Internos, en la que precios de transferencia reflejan el costo de oportunidad del petróleo crudo, gas y petroquímicos. Del mismo modo, los precios de transferencia reflejaron el nivel y la estructura de las cotizaciones que prevalecen en el mercado internacional, específicamente en Texas para el crudo y Luisiana para el gas, los cuales se ajustan por las diferencias de calidad y transporte. La regulación de precios se concentró en el ámbito de las transacciones ínter organismos y en los precios productor. La aplicación de esta política ha puesto los hidrocarburos al servicio de la macroeconomía, dando lugar a un sistema de precios enfocado a maximizar su contribución a las finanzas públicas en el corto plazo, pero renunciando a utilizarlos como parte de una política de desarrollo industrial, dando lugar a la manifestación de un precio del gas natural basado en el mercado de Luisiana, uno de los más caros del mundo, y por otro lado, los precios de referencia del crudo mexicano referidos a Texas, han propiciado crecientes precios de las gasolinas y diesel, aprovechando que Pemex cuenta con un mercado nacional cautivo.
  4. Comercio Exterior, ajustada a una mayor disponibilidad de crudo pesado y el incremento en el diferencial de precio con los crudos ligeros, sirvió de motivo para cambiar la política de diversificación de mercados del crudo mexicano por una política de concentración en el mercado estadounidense.
  5. Explotación de Reservas, subordinada a las políticas de finanzas, financiera, precios internos y comercio exterior, que aseguró la continua, sistemática y permanente dilapidación de los recursos naturales, que se ha manifestado por una extracción acelerada de los hidrocarburos sin atender su máxima recuperación, una producción creciente sin reponer las reservas extraídas, y por tanto, una drástica caída de las reservas probada.
  6. Medio Ambiente, con la que se obligó a Pemex a asumir a rajatabla las especificaciones ecológicas internacionales para sus refinados, a fin de equiparar este factor de competitividad industrial con la de sus socios comerciales de América del Norte, lo que ha sido oneroso para el país debido a los niveles de inversión que ha requerido Pemex Refinación para la elaboración de productos ecológicos a partir de una mayor disponibilidad del crudo pesado maya con altos contenidos de azufre y una decreciente disponibilidad doméstica de los crudos ligeros, siendo necesaria la reconfiguración de las refinerías hasta alcanzar los esquemas de hidrodesulfuración y coquización, cuya operación ha incrementado sustancialmente los costos de inversión, energéticos y de mantenimiento, evitando destinar recursos a la expansión de los volúmenes de producción de gas, petrolíferos y productos petroquímicos, provocando ciertamente el creciente aumento de las importaciones con la consecuente salida de divisas del país; 6) Seguridad con la que el Ejecutivo federal y el corporativo de Pemex descentralizaron la autoridad y la responsabilidad de la función de seguridad, pero sin la dotación de recursos presupuestales para su debida atención.
  7. Desregulación y Nuevas Regulaciones, orientadas a la facilitación de una creciente participación de la iniciativa privada nacional y extranjera que se ha manifestado en la transferencia de actividades estratégicas al sector privado mediante amplísimos contratos de servicios disfrazados de obra pública y a través de los permisos otorgados por la Comisión Reguladora de Energía para el trasporte, almacenamiento y distribución de gas y los para productores independientes de electricidad bajo la figura de cogeneración.

Imagen: El Gato Pachón.

Dentro del proyecto de Reorganización de Petróleos Mexicanos del 14 de julio de 1992, vale la pena destacar que se impusieron las lineas para una organización corporativa de corte fascista ávida de concentración del poder, y a la vez,  las medidas para la creación de los organismos subsidiarios en el rol de comprador de bienes y servicios, desposeyéndolos paulatinamente de su capacidad de elaboración de sus productos e instalaciones con recursos propios.

A estas medidas se les llamó “Acciones de Apoyo”, de las que menciono únicamente las más trascendentales en el desmantelamiento de Pemex:

  • Descentralización de las funciones comercialización y proyecto y construcción a cada uno de los organismos subsidiarios. La fragmentación evidenció la pérdida notable de capacidad en ambas funciones.
  • Reducción de estratos intermedios, con lo que se mutiló una parte fundamental de la organización, ya que al carecer de ese elemento de interpretación de las órdenes superiores y su comunicación hacia los estratos inferiores, se afectó la capacidad de ejecución, obligando a las áreas a depender cada vez más de proveedores y contratistas.
  • Desarrollo de sistemas y gestión gerencial diseñados para el continuo fortalecimiento del poder corporativo y la dependencia externa.
  • Nueva estructura jurídica orientada a la concentración del poder central del corporativo.

Texto presentado en el «Seminario Internacional: Crisis Económica-ecológica: retos y alternativas» el 08/11/2010.

*Alfonso Hickman. Ingresó a Pemex en 1981 en la refinería ‘Francisco I. Madero y en 1983 fue transferido a la ex Subdirección de Proyecto y Construcción de Obras de la Cd. de México, destacando en proyectos de fabricación, transporte e instalación de plataformas marinas en la Sonda de Campeche.

En 1992 se desempeñó como Asesor de la ex Coordinación Ejecutiva de Construcción, área a cargo de la mayoría de los proyectos de inversión de Petróleos Mexicanos. Participó directamente en la reorganización de Petróleos Mexicanos y los Organismos Subsidiarios.

De 1993 a 2000 fue vocal del Comité de Obras de Pemex Refinación y tuvo a su cargo la coordinación de las auditorias practicadas por las diversas instancias fiscalizadoras a los contratos de la ex Subdirección de Proyectos de Pemex Refinación.

A partir de 2005 se encuentra jubilado y ha participado en el Grupo Ingenieros PEMEX Constitución del 17 y en el Comité Nacional de Estudios de la Energía, A.C. en cuya representación asistió a los Foros organizados por el Senado con motivo de la denominada Reforma Energética de 2008, con una postura de oposición a las iniciativas presentadas por el presidente Felipe Calderòn y el Partido Revolucionario Institucional.

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion