Lado B
La vida sin agua de Cuates de Australia
Everardo González presentó su nuevo documental en el festival Ambulante
Por Lado B @ladobemx
04 de marzo, 2012
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  • La cinta narra la historia de un poblado en Coahuila durante la temporada de sequía

Paco Coca

Cuates de Australia no es el nombre de un grupo de personas, el nombre de un poblado de cerca de 150 personas que se encuentra en Coahuila, cerca del municipio de Cuatro Ciénegas. Es también el título de un documental dirigido por Everardo González (La canción del pulque, 2003; Los ladrones viejos, 2007 y Cielo Abierto, 2010).

González estuvo en Puebla como invitado del Ambulante, festival de cine itinerante dedicado a los documentales. Después de la proyección, el realizador platicó con el público acerca de su cinta, que en inglés se titula “Drought” –sequía-.

Los habitantes de Cuates viven en una de las zonas más áridas de Coahuila y cada año tienen que emigrar a otras comunidades para conseguir agua.

Durante su ausencia, suceden momentos importantes en la vida de estas personas, que el cineasta retrató durante cerca de tres años.

González cuenta que conoció el pueblo mientras realizaba unos programas para televisión. En 2007, inició las grabaciones. El primer año y medio viajó solo, acompañado únicamente por una cámara digital.

“Tuvieron tiempo para cuestionar mi presencia, y para acostumbrarse a mí”, comenta el director, que también señala las ventajas de ser un cineasta independiente. Esta libertad le permitió registrar la vida en Cuates de Australia al mismo tiempo que filmaba Cielo Abierto en El Salvador.

El director alternaba una temporada en el norte de México con otra en Centroamérica mientras trataba de no perder el hilo de ninguna de las dos historias.

La cinta, como explica González, está construida a partir de la yuxtaposición de secuencias que en ocasiones pasaron con años de diferencia. La idea es mostrar la vida durante el periodo de sequía, y para ello escribía durante el rodaje una crónica que utilizó al momento del montaje.

Año y medio después de iniciado el proyecto, se unió Eduardo Herrera, que realizó la fotografía de vida salvaje; también un asistente de producción que se encargó de conseguirles las cosas necesarias para vivir en el sitio durante la temporada de seca. Equipados con celdas para captar energía solar, un refrigerador de gas y teléfonos satelitales, siguieron con la grabación de un sitio que ya se había abierto a ellos.

El documental no tratan en sí el problema de la sequía sino se centra en como los habitantes de este sitio continúan con su vida, registrando desde nacimientos, carreras de caballos o las broncas diarias entre dos niños, todos ellos muy bien insertados dentro de la película.

“La gente vive ahí porque ahí tiene sus afectos, ahí tiene su memoria”, dice González sobre el éxodo y regreso de los habitantes de Cuates de Australia antes del regreso de las lluvias.

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