• A Gilmour lo sigue acompañando su Fender negra, así como sus múltiples pedales de efectos, el peculiar sonido de sus amplificadores, pero sobre todo su talento

Josué Mota

@motajosue

Este martes cumplió 66 años uno de los más talentosos, creativos e influyentes guitarristas del rock: David Gilmour. Es creador de algunos de los solos más recordados de este género, de armonías que hacen viajar y sonidos que hacen vibrar.

Estas cualidades se deben, en  buena parte, al refinado estilo que logró este guitarrista, ya que posee uno de los bendings más delicados y precisos no sólo del rock, sus acordes pueden ser tan delicados como para acariciar o tan fuertes como para darte un golpe, y sus fraseo rítmico consigue mantenerte cautivo de principio a fin.

Como los grandes, David ha hecho de la sencillez un arte. Sus solos nunca han sido rápidos, ni ha necesitado de una gran variedad de notas o escalas, lo ha definido más bien su precisión, el conocimiento para saber el momento exacto en el que una nota debe apagarse o ir hasta el cielo. El momento en que su acorde debe hacer estallar las bocinas o discretamente acompañar una frase como “Come in here, dear boy, have a cigar”.

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Gilmour tuvo algunos proyectos musicales en su juventud, pero arrivó a su grupo definitivo a los 22 años, y junto a Roger Waters, Nick Mason, Syd Barret, Richard Wright, llevaron al éxito a Pink Floyd, logro basado en talento, creatividad y buenas producciones. Tras la salida obligatoria de Barret, quien era considerado parte fundamental de la banda, Gilmour se convirtió en uno de los que más influía en las decisiones artísticas de la banda.

Junto Mason, Wright y Waters,  éste guitarrista pudo dar a conocer su talento creando   algunas de las mejores piezas del rock que a la fecha continúan escuchándose. Quienes gustan de clasificar y hablar de subgéneros, han dicho que Pink Floyd hacían rock psicodélico, pero más allá de las clasificaciones, Gilmour logró hacer, junto a sus compañeros, «rolas» que fueron bandera de una generación de jóvenes que no encajaban por completo en las ideologías predominantes; el grupo conseguía esto gracias a la perfecta interrelación entre sus armonías y sus letras.

Muestra de ello, es el álbum Dark Side of The Moon, considerado uno de los mejores discos de la historia y que a 39 años de haber aparecido por primera vez en las tiendas, se sigue maquilando y vendiendo, parte de todo esto se debe en buena parte a la fuerza creativa de Gilmour.

El dinero llegó a Pink Floyd y comenzaron los problemas, las discusiones, la predominancia de los egos, y Waters abandonó la banda y Gilmour y sus compañeros decidieron continuar. El primero mandó a sus abogados y los otros hicieron lo mismo para pelearse el nombre, pero el Gilmour y sus amigos no dejaron de sacar discos. En muchos aspectos, Gilmour ha preferido la música por sobre el espectáculo musical, por lo que ha sido criticado por algunos fans de Waters, así como  reconocido  por otros fans de Pink Floyd.

Gilmour decidió a principios de la década pasada comenzar a hacer discos de forma solitaria y no le ha ido nada mal. Aunque no consigue vender tantos discos como antes, su calidad se ha mantenido, cosa difícil en la industria de la música. Su éxito y talento radican ahora en seguir cultivando su arte, ya que no ha sido un músico que se vende a cualquier producción para salir en los videos de los cantantes de moda, como lo han hecho algunos de sus contemporáneos.

A Gilmour lo sigue acompañando su Fender negra, así como sus múltiples pedales de efectos, el peculiar sonido de sus amplificadores, pero sobre todo lo sigue acompañando su talento. Ojalá sea así por muchos años más. Feliz cumpleaños señor Gilmour.