En esta entrega revisamos el comportamiento electoral del Distrito 11 de Puebla capital; en las siguientes semanas continuaremos con los Distritos 9 y 12

Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

El distrito 11 electoral –uno de los cuatro en los que se divide la capital del estado— es el más azul de los distritos capitalinos. En el pasado proceso electoral de 2009, cuando el PRI logró llevar a sus 16 candidatos a la cámara de diputados fue en este distrito en donde se dio la pelea más cerrada. Apenas una diferencia de 1.8 por ciento fue lo que permitió que Juan Carlos Natale, impulsado por el PRI y el PVEM, ocupara una curul dejando en el camino a la panista Myriam Arabián.

Un escenario que se repitió en las elecciones de 1997, el último proceso electoral previo al de 2009, en donde privó la hegemonía tricolor, y se dio una cerrada diferencia de apenas –también- 1.8 por ciento de los votos.

Es además uno de los distritos de alto contraste con colonias en donde el nivel de ingresos es alto y el costo de las viviendas supera sin problema los 3 millones de pesos, e incluso alberga campos de golf, y juntas auxiliares como San Andrés Azumiatla en donde el 92 por ciento de la población carece de servicios de salud, el 80 por ciento tiene una educación básica incompleta y el 63 por ciento de las viviendas carece de agua entubada, de acuerdo con el reporte 2010 del Coneval.

El distrito ubicado en el cuadrante suroeste de la ciudad también incluye colonias dominadas por Antorcha Campesina, como Playas del Sur, Balcones del Sur y Cabañas de Santa María, y otras donde sin problema se pueden ver aún calles sin pavimentar como las que se ubican en los linderos de la prolongación de la 11 sur.

Incluye también la parte suroeste del Centro Histórico, y colonias tradicionales como El Carmen, la Gabriel Pastor y Huexotitla.

En las elecciones de 1991, el primer proceso a cargo del Instituto Federal Electoral pues el organismo nació el 11 de octubre de 1990 tras los conflictos poselectorales que provocó la famosa “caída del sistema”, el dominio del PRI en el distrito 11 fue innegable, el tricolor obtuvo el 58 por ciento de los 97 mil votos sufragados.

Tres años después, en 1994, el territorio comenzó a pintarse de azul, los 20 mil 912 votos que había obtenido en 1991 se duplicaron al contabilizarse 40 mil 766 sufragios, logrando con esas cifras obtener el 34 por ciento de la votación, aunque no le alcanzó para ganarle al tricolor, que logró en ese proceso el 41 por ciento de los sufragios.

Para 1997 las urnas dieron señales de que la alternancia se acercaba. En el distrito en cuestión la lucha por la curul se cerró a tan sólo 1.8 puntos porcentuales, el PAN mantendría prácticamente su votación al contabilizar 39 mil 809 de los votos a su favor obteniendo un 35.5 por ciento de la votación mientras que el PRI caía a 41 mil 966 sufragios para lograr el 37.3 por ciento.

La hegemonía priísta comenzaba a menguar aunque no todo su voto se había vuelto azul, entre 1991 y 1997 el recién nacido PRD logró aumentar sus votos de un 2.2 por ciento a 15.6 por ciento en el periodo, aunque su mejor año electoral estaba todavía por venir, en 2006 alcanzaría el 21 por ciento de los sufragios en este distrito, aunque no lograría superar ni al PRI ni al PAN.

2000 el cambio de partido

Para el año 2000 el efecto Fox cambió el panorama. La capital del estado se pintó por completo de azul, en el distrito 11 en conjunto con el Verde Ecologista sumaron 80 mil 888 sufragios, una votación histórica para Acción Nacional que no ha vuelto a repetir.

El PRI obtendría en esa ocasión 44 mil 472 votos, prácticamente mantuvo el mismo número de sufragios que había logrado en los últimos procesos pero el porcentaje de participación que alcanzó, casi el 69 por ciento, los sepultó. Un porcentaje que no se ha vuelto a alcanzar.

En 2003 la participación ciudadana caería hasta el 41 por ciento, el PAN lograría 47 mil 252 votos, y el PRI 30 mil 593.

Tres años después llegaría el proceso más polarizado de los últimas dos décadas, una polarización que no se reflejó en el distrito 11, los panistas alcanzarían 70 mil 295 sufragios, el PRI en conjunto con el Verde sumarían 40 mil 254 sufragios y los partidos que impulsaron a López Obrador llegarían a 34 mil sufragios.

Esa votación permitió que el panista Alfonso Bello Pérez llegara al palacio legislativo de San Lázaro.

Tres años después la historia cambiaría, el PRI arrasaría en el proceso electoral de 2009, incluso en el distrito más panista de todos.

De poco serviría que en el distrito 11 el PAN hubiera impulsado a Myriam Arabián Couttolenc, una mujer que ya había ocupado una curul federal en 2003, y que venía de ocupar la jefatura de delegaciones en la Sedesol, la crisis económica que comenzó a finales del 2008 y se sintió con fuerza en todo el 2009 le pasó factura a su partido.

Su contrincante, un joven priísta sin ninguna experiencia en puestos de elección popular que acaba de ser nombrado presidente estatal del Verde Ecologista en un enroque para sumar al PVEM como un activo tricolor obtendría 3 mil 624 votos más que Arabian para quedarse con el cargo.

Los más de 70 mil sufragios panistas del 2006 se habían reducido a 33 mil 958, muchos de esos votos que no logró el PAN seguramente se convirtieron en parte de los 13 mil votos nulos con los que los electores trataron de hacer evidente su molestia política. También resalta que en esa elección el porcentaje de participación ciudadana cayó a 38.2 la más baja de todo el periodo analizado.

2012, la moneda está en el aire

Para este periodo la pelea electoral en el distrito 11 será entre mujeres, el PAN registró formalmente ayer a Marisa Ortiz Mantilla, ex funcionaria municipal y ex regidora capitalina y el PRI pondrá en las boletas como candidata verde a Nancy de la Sierra, esposa del diputado de Movimiento Ciudadano, José Juan Espinosa Torres, en tanto que la coalición de izquierdas aún no termina de definir a su candidato.