• Más infraestructura pero muy focalizada en la capital del estado, cuestionan empresarios y académicos

 Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

Especial

El 7 de febrero, tan sólo una semana después de su toma de protesta, el gobernador Rafael Moreno Valle bajó de su camioneta en uno de los predios disponibles en la ciudad textil, el parque industrial destinado al sector que fue creado durante el sexenio de Melquiades Morales. Al panista, que llegó acompañado por el secretario de Competitividad, Trabajo y Desarrollo Económico (Secotrade), Pablo Rodríguez Regordosa, y el secretario de Salud, Jorge Aguilar Chedraui, ya lo esperaban Juan Carlos Amescua y Eduardo Farfán Faudón dirigentes de las empresas Quirort Mextrauma y Thyssen Krupp para anunciar en conjunto la inversión de 35.8 millones de dólares y la generación de mil 886 empleos directos en dos nuevas plantas.

El mandatario, que buscaba empezar a tambor batiente su gestión en materia de atracción de nuevos capitales, arrancó su gobierno con la noticia de que el grupo germano Volkswagen había decidido ubicar en Guanajuato y no en Puebla su fabrica de motores, la segunda que la armadora germana instala en nuestro país –aunque la decisión se tomó en los estertores del sexenio marinista.

Una inversión de 800 millones de dólares y al menos mil 200 puestos de trabajo directos que el estado sólo vio pasar; por ello, Moreno Valle se dijo es tiempo de que Puebla “despierte” en materia de inversiones.

Casi un año después, el saldo en la materia de desarrollo económico para la entidad es, todavía, más negativo que positivo de acuerdo con investigadores y dirigentes empresariales; aunque, matizan, lo que se observa son las bases para que en un par de años más la inversión en infraestructura carretera y de conectividad cambie la cara del estado y le permita ofrecer ventajas competitivas para la atracción de capitales.

El talón de Aquiles

Foto Joel Merino

Pero mientras eso sucede los resultados en materia de generación de nuevos empleos o de empleos mejor remunerados es por lo menos desastrosa, en un año se incrementó en 26 por ciento el desempleo en la entidad, y la tasa de empleo informal pasó de 33.8 a 34 por ciento, es decir que lejos de reducirse aumentó en 0.2 por ciento.

Pero además, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) el desempleo se centró en personas con un nivel educativo medio superior y superior, pues entre un año y otro el porcentaje de desempleados que pueden presumir ese nivel de estudios pasó de 38 a 45 por ciento, en cambio entre aquellos que tienen la primaria incompleta sólo representaron entre el 8 y el 10 por ciento.

El repunte de desempleo en la entidad lo único que trajo fue una democratización genérica, pues en el desglose se observa un crecimiento del 49 por ciento en el número de mujeres sin ocupación contra el 13 por ciento que se reportó el segmento de los hombres.

Al respecto, Franco Rodríguez Álvarez presidente del Centro Empresarial de Puebla (Coparmex) reconoció que el tema del empleo es el talón de Aquiles de la nueva administración, pues lejos de mejorar se mantiene la tendencia del empobrecimiento que arrancó desde el sexenio pasado.

Datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) señalan que Puebla mantiene un crecimiento en el Indice de la Tendencia Laboral de la Pobreza desde el cuarto trimestre de 2010, es decir en el ocaso del sexenio marinista.

“Nos hace falta entender, apunta el dirigente del sindicato empresarial, que hay impulsar con fuerza a la micro y la pequeña empresa, es ahí donde se concentra la mayor creación de empleo”, y en este año a decir del dirigente empresarial quedaron sin ocupar los recursos del fondo Pyme y del fondo Prosoft –destinado a empresas de base tecnológica–.

Foto Joel Merino

Datos del Inegi confirman las palabras del empresario: el 44 por ciento de los trabajadores del estado se emplean en microempresas, y si se incluye a las pequeñas empresas el porcentaje sube a 67 por ciento.

En ese sentido, los número alcanzados en el primer año de gobierno se encuentran todavía muy alejados de las metas trazadas en el primero de los cuatro proyectos estratégicos que la administración morenovallista se planteó en su Plan Estatal de Desarrollo.

En su “programa de apoyo a emprendedores y desarrollo de empresas”, busca “establecer al Estado de Puebla como la entidad líder en desarrollo empresarial y generación de empleos, con un modelo que sea ejemplo a nivel nacional por sus resultados. Promover la atracción y retención de inversión nacional y extranjera, mediante el diseño e instrumentación de esquemas de fomento e incentivos alineados a los necesidades y requerimientos de las diferentes sectores, industrias y regiones”.

Pero los resultados, como ya se demostró, están lejos de ser un ejemplo a nivel nacional, y los fomentos e incentivos de acuerdo con la iniciativa privada no son todavía lo que se esperaría.

Infraestructura focalizada

Para Franco Rodríguez y Oliver Ambia López, director del departamento de finanzas y negocios internacionales del Tecnológico de Monterrey Campus Puebla, la infraestructura básica y carretera ha sido la prioridad en el primer año de gobierno, tal vez por ello es un rubro que no se escapa de la polémica:

Por un lado el viaducto Zaragoza provocó movilizaciones y acciones de académicos y urbanistas señalando que la obra podría poner en riesgo la denominación de Puebla como patrimonio de la humanidad si no se modificaba el proyecto, por el otro la carretera Cuapiaxtla-Cuacnopalan fue asignada de una manera no tan clara a la empresa Oceanografía, cuestionada por sus relaciones con la familia Bribiesca.

Pero además, y según los entrevistados, los proyectos de mayor envergadura están centrados en la capital del estado: el citado viaducto, el metrobús, el Centro Integral de Servicios, el proyecto de modernización de la zona de Los Fuertes que incluye un monumento a la Batalla 5 de mayo que será realizado por el despacho Ten Arquitectos que dirige Enrique Norten y que costará 38 millones de pesos, según dio a conocer en noviembre pasado el mandatario estatal.

“Si bien la zona connurbada de Puebla genera más del 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), hay otros municipios en los que tendrían que invertirse para detonar su desarrollo económico y acortar la brecha, analizar su potencial y vocación económica e invertir en nuevos polos de desarrollo, de lo contrario sucede que el estado sigue anclado a la industria automotriz”, apunta Ambia López.

Y no sólo el interior del estado sigue esperando su momento, la infraestructura y modernización de los parques industriales es otra de las asignaturas pendientes en el primer año de esta administración, a pesar de que en agosto pasado y de acuerdo con declaraciones del presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), Luis Espinosa Rueda, diera a conocer a los medios de comunicación locales la intención de la administración estatal de la construcción de un megaparque industrial.

“Nos dijeron que se trabaja en un proyecto de un parque en el interior del estado del cual no nos dieron detalles para cuidar las cuestiones financieras. Se está trabajando en esto. Hay tres posibles puntos para su instalación”. Aunque después de esa declaración ya no se ha sabido nada del proyecto en cuestión.

“Hay mucho por hacer ahí, puntualiza por su parte Franco Rodríguez, se necesita un reordenamiento de los parques industriales, revisar que los predios se estén utilizando para lo que están asignados y que estén en las mejores condiciones para ofrecerlos a los inversionistas, que no se piense en llevarlos al maizal y decirles: ‘mira, en unos meses acá estará tu empresa’, no, que ya tengan las condiciones para instalarse de inmediato. Y se trata de una infraestructura que debe estar controlada por el estado, no soltarlo a particulares con la promesa de desarrollar los espacios, no, que sea el estado quien los ordene y controle”.

Desaceleración

En materia económica el primer año de gobierno de Moreno Valle también puede ser caracterizado por la desaceleración. Datos del Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal –indicador que genera el Inegi y se considera un adelanto a los datos del Producto Interno Bruto Estatal, es decir a la medición de la riqueza que genera el estado– revelan que en los dos primeros trimestres de 2011 Puebla desaceleró su crecimiento en comparación con el mismo periodo de 2010.

Y es que en 2010 el crecimiento promedio fue de casi 10 puntos, mientras que en el primer semestre de 2011 –el último periodo reportado– el crecimiento promedio fue de 7 puntos.

Ahora, no hay que perder de vista que se trata de un crecimiento que 2010 registra la recuperación de la crisis del 2009 y en 2011 se consiguió alcanzar el nivel que se tenía en 2008, habrá que esperar los resultados de los próximos semestres para observar si se mantiene la desaceleración o hay alguna modificación del comportamiento económico.

Aunque hasta el momento esa recuperación en la generación de riqueza no se ha traducido en una mejora del nivel de vida de los poblanos, pues como ya se señaló el saldo de este primer año en empleo y salarios ha sido negativo.