• El deporte ha sido aprobado por la Federación Internacional de Deportes para Ciegos y por la FIFA
• Lo más difícil, conseguir canchas y balones adecuados
• En México hay dos equipos, uno en Puebla y otro en San Luis

Mely Arellano | Paco Coca

@melyarel | @pacococa

Pasaron siete años para que Jorge pudiera volver a jugar futbol. Las condiciones son diferentes pero, quién lo diría, es ahora cuando su aportación a este deporte va más allá de la cancha y en beneficio de muchos más que, como él, viven en la oscuridad.

Jorge tiene 25 años, es ciego y su pasión es el soccer. Junto con algunos amigos y el apoyo de su familia formó el primer equipo de futbol para ciegos de Puebla y está decidido a conseguir el reconocimiento de la Federación Mexicana de Deportes para Ciegos y Débiles Visuales.

En México se juega una variante del futbol de ciegos desde hace aproximadamente 40 años, aunque el deporte que Jorge practica y promueve nació de manera formal en Argentina en 1995. Un año después, su reglamento fue aprobado por la IBSA (International Blind Sports Federation). La Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) le dio el visto bueno al considerarlo un “deporte adaptado”, gracias a que su reglamento respeta el espíritu del soccer en cuanto a movilidad y juego de conjunto. Desde Atenas 2004 se aceptó como disciplina paralímpica, aunque en los Juegos de Pekín 2008 no entró en el calendario de competencias.

Y mientras en nuestro país nunca ha habido una selección nacional reconocida por la FIFA, entre otras cosas porque ni siquiera se usan los balones adecuados –que suenan porque tienen dentro balines-, sino pelotas de plástico, en otras naciones como Argentina tiene en su selección a uno de los equipos más famosos de la especialidad, «Los Murcielagos».

La primera experiencia de  Jorge de jugar futbol para ciegos la vivió en Chile, donde estuvo alrededor de un año tomando un curso para aprender a vivir con independencia. El proyecto en Puebla lo inició apenas en marzo y son muchos los retos a los que se ha enfrentado desde entonces, sin embargo ya puede presumir haber sido elegido, junto con otros dos poblanos –Javier Bravo, de 27 años y Omar Otero de 19- para conformar la selección nacional que participará en un cuadrangular en los Parapanamericanos, a realizarse del 12 al 20 de noviembre en Guadalajara.

El equipo de Puebla ya ha jugado dos partidos de exhibición importantes, uno fue en el DF, y otro antes de la final del torneo Street Soccer –organizado por Fundación Telmex- en el zócalo de la ciudad. “La logística para jugar, explica Jorge, fue muy interesante, porque la gente no puede hacer ruido”. Para ello antes del partido reparten volantes y, por fortuna, la gente siempre es receptiva.

Los contactos

Especial

El relato de Jorge Lanzagorta va dando saltos en el tiempo, se desvía detallando nombres de jugadores o de equipos pero toma rumbo de nuevo y entonces salen los datos importantes.

“Contactamos con el que fue el DT del equipo de futbol de ciegos en Argentina, cuando fueron campeones del mundo en 2006: Enrique Nardone. Entre él, Ramón Pereyra, de Brasil y Carlos Campos, de España, inventaron el futbol de ciegos y adaptaron el reglamento oficial de futbol de sala FIFA para ciegos”.

Con Carlos Campos se encontrarán en los Parapanamericanos. La idea: fomentar el futbol para ciegos en México profesionalmente.

En San Luis Potosí hay un instituto donde se prepara la que hasta ahora está acreditada como selección nacional aunque Jorge considera que debería haber un equipo para ciegos por cada equipo de futbol profesional, con canchas y presupuestos propios.

Para ellos fue determinante la ayuda que recibieron de un entrenador que vino desde Guatemala y estuvo diez días, gracias a la intervención de Nardone. Eso “nos transformó la educación que teníamos de futbol de ciegos y fue quien nos recomendó al instituto de San Luis para que nos incluyera en su selección”.

Lamentablemente, de los tres poblanos elegidos sólo uno jugará. Jorge no podrá por una lesión en el tobillo y Javier tampoco, por sus compromisos laborales.

Hay que tener pelotas

Uno de los principales problemas es la carencia de pelotas profesionales para jugar. Brasil es el único país que las produce en América Latina aunque su distribución es selectiva. Las fabrican en la cárcel y las venden a organizaciones y/o fundaciones que impulsan el futbol para ciegos; y aunque consiguieron que un conocido les enviara diez resultó que no eran las profesionales.

“Estamos experimentando para hacerlas. Ya hicimos una, nos salió muy bien pero se ponchó como a la hora y media de juego”, nos cuenta riendo Jorge. La opción es adecuar balones VOIT –la  misma marca que se usa en la primera división mexicana- de futbol de sala para usarlos en la cancha. El precio de cada balón es de 600 pesos más o menos, pero descoserlas y coserlas de nuevo para introducirle los balines –necesarios para que suene y los jugadores puedan localizarla- cuesta hasta 300 pesos.

Jorge habla del futbol y se emociona. Confía en recibir el apoyo que les hace falta. Lo que él quiere, sobre todo, es jugar.

-¿A qué equipo de futbol le vas?

“Al Puebla, claro, soy camotero”.

Principales reglas del futbol para ciegos:

La cancha mide 20 metros de ancho por 40 de largo.

Los partidos se juegan en dos tiempos de 25 minutos cada uno.

Los jugadores deberán portar gafas oscuras para no dar ventaja a los débiles visuales o personas con ceguera parcial.

Son cinco jugadores por equipo, el portero sí ve, los cuatro restantes son invidentes.

Se juega con una pelota –con las mismas medidas que las de futbol sala- que lleva dentro seis capsulas con balines que al chocar guían a los futbolistas.

Cuando se disputa un balón, los jugadores deben decir “voy” para evitar choques. La palabra se dice en español independientemente del país donde se juegue.

Las líneas laterales de la cancha deben tener una valla permite a los jugadores orientarse y evita que el balón abandone el campo de juego constantemente. De esta manera se da fluidez al partido.

La cancha se divide en tres tercios, lo que ayuda a los guías a dar indicaciones a los jugadores acerca de la ubicación del balón. El portero es el primer guía, el segundo es el director técnico que se ubica a fuera de la valla en la media cancha. El tercer guía se para detrás de la portería rival y les indica en que dirección tirar a gol, este orientador sólo grita la palabra “arco”, para dirigir con la voz pero sin avisarle al portero rival hacia donde va el tiro.

 Otras particularidades:

En partidos internacionales, hay un árbitro especial que se dedica a sancionar el trabajo de los guías y cuidar que con sus gritos no distraigan a los rivales.

La superficie recomendada para la práctica de este deporte es una duela o cemento liso o pulido, también se puede jugar sobre pasto sintético, pero del que es similar a una alfombra, no de caucho mezclado con tierra porque eso anula el sonido del balón al botar.

En el entrenamiento, los jugadores aprenden a recibir el balón cerrando las piernas, con un parado similar al de un pingüino. La pelota se conduce siempre con la parte interna de los pies para no perder la posesión.

El jugador más famoso es Silvio Velo, capitán de “Los Murciélagos”, apodo que recibe la selección de Argentina, medalla de plata en el paralímpico de Atenas 2004 y campeona en el Mundial de 2006. Debido a la popularidad del equipo, el Correo Argentino editó un sello postal en su honor. Las 124 estampillas contaron con estampado en Braille.

Especial

Las necesidades

Lo que el equipo poblano necesita es una cancha para jugar, actualmente lo hacen en una que les presta el municipio de San Andrés, Cholula, en la inspectoría de Concepción La Cruz, pero necesita adecuaciones. La regidora Veronica Mastretta ofreció la gestión para conseguir una cancha, pero aún no encuentran dónde.

El Puebla les regaló uniformes.

Lo que más urge son pelotas.

Contacto:

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futbolparaciegos@yahoo.com.mx