Foto: Joel Merino

Ernesto Aroche Aguilar

@earoche

En los últimos cuatro años y medio los migrantes poblanos enviaron al estado prácticamente el doble de los recursos de los que destinó la administración marinista a obra pública y proyectos productivos en todo su sexenio.

Un estudio de la Cámara de Diputados da a conocer que entre 2007 y la primera mitad del 2011 ingresaron al estado 6 mil 522 millones de dólares, es decir 83 mil 220 millones de pesos al tipo de cambio actual, ubicando a Puebla como la sexta entidad con la mayor capitación de todo el país.

En cambio, entre 2005 y 2010 los recursos del erario que se destinaron a inversión pública –que incluye obra y proyectos productivos– fue de 34 mil 113 millones de pesos, esto de acuerdo con un reporte de la Secretaría de Finanzas.

Para poder comparar las dos cifras hay que considerar el repunte de la inflación que desde ese periodo a la fecha es del 24.9 por ciento, de acuerdo con el Banco de México. Así, la cifra invertida sería en este momento de 42 mil 642 millones de pesos.

Esto significa que en cuatro años y medio los migrantes enviaron en remesas casi el doble de los recursos que desde el erario público se destinaron a mejorar las condiciones de vida de los habitantes del estado.

Y es que el grueso del gasto público se concentra en la nómina, al menos durante el sexenio marinista se destinó entre el 39 y el 36 por ciento del presupuesto anual en el pago de salarios y honorarios de la burocracia estatal.

Válvula de escape

El informe presentado por la Dirección de Servicios de Investigación y Análisis de la Cámara, hace énfasis que la salida de migrantes a otros países, especialmente a los Estados Unidos pues se trata del principal país receptor de inmigrantes en el mundo permite liberar la presión del mercado laboral, “y perciben importantes recursos financieros a través de los flujos de remesas provenientes de los países receptores de inmigrantes”.

Aunque se trata de recursos que en la mayoría de los casos sólo atienden las necesidades básicas de alimento, casa y vestido, es decir consumo, y muy pocas veces se traduce en proyectos productivos que multiplique esos recursos.

El estudio también especifica que “el flujo de remesas que ingresan al país se puede clasificar en cinco categorías: las transferencias realizadas por los inmigrantes permanentes; las transferencias de los inmigrantes temporales; los envíos efectuados a México por los descendientes de inmigrantes nacidos en Estados Unidos; el flujo de bienes y recursos financieros (bienes muebles y ahorros) asociados a la migración de retorno (por cambio de residencia) de connacionales inmigrantes; y el ingreso que reciben del exterior, por concepto de jubilaciones y pensiones en general”.

Además, sostiene que nuestro país ocupa el primer lugar mundial en expulsar migrantes y el tercer lugar mundial entre los países que captan remesas internacionales, por debajo de la India y China. Asimismo, ocupa el primer lugar entre las naciones de América Latina.

Los cinco estados con mayores ingresos por remesas